sábado, 27 de noviembre de 2010

PAMDEMIA

En ese contexto comencé a pensar una posible deconstruccion del grabado académico y sus manierismos importados. Simultáneamente observe la paranoia social, mediáticamente inducida, de la Gripe A. Considerar que el virus como entidad parasitaria altamente destructiva era fundamentalmente un invento de los medios, una especie de fantasma invisible que puede meterse en tu casa y arruinar tu vida y tus vicios burgueses.Los virus se trasladan silenciosamente de país a país, cambian de forma para adaptarse a un nuevo entorno y se multiplican a una velocidad inconcebible; como en grabado, cuya matriz puede ser reproducida indefinidamente a enorme velocidad y diseminarse.
La analogía entre virus y grabado es conceptualmente válida.


Pnese un virus para una sociedad viril (este es el objetivo), una imagen o texto en apariencia inocente que subvirtiera las normas que dicho orden promueve  ...ya lo tenía... mis florcitas hermafroditas, unos dibujos que había hecho cuando iba con el Turco Jalil. Son flores esteticamente construidas con la intension de quitarles las connotaciones que le adjudica el orden hegemónico a la flor  como imagen simbólica de la figura de la mijer. Condenadas socialmente a ser lo necesariamente bello, frágil, efímero (intrascendente, frívolo...) como las flores, en teoria.


Mis dibujos de flores tratan de rebelarse con sutileza contra todas estas imposiciones, por eso omito los colores, las curvas... son acromáticas y duras. Una de ellas sería la primera manifestación de mi virus.


S/T
Díptico
Papel de lija industrial y madera quemada sobre fibrofacil
24 cm x 20 cm
2006

martes, 2 de noviembre de 2010

En carrera

El primer año de facultad fue idílico: había encontrado mi lugar en el mundo. No obstante, ese momento de apertura mental tan luminoso no duraría mucho más que eso: en el segundo año empece a aburrirme, a sentir que me faltaba algo, que necesitaba aprender más. Las materias teóricas súbitamente pasaron de ser fascinantes a estar "bien" y mis compañeros me parecían en general aburridotes. Yo era una una persona conflictiva y rebelde y necesitaba por lo menos ir en un horario menos tradicional para no sentir que seguía llendo al colegio.
Comencé a ir al turno noche, donde la gente dibujaba considerablemente mejor que los de la mañana y por interés, me pasé a ese horario. Habían más varones lo que me pareció refrescante, en especial porque yo hacia grabado y tenía más compañeros que compañeras. Quedé admirada con algunos de los chicos que me parecieron increíbles dibujantes.
Eventualmente, para no quedarme atrás, empecé un taller de dibujo y grabado donde me dijeron textualmente que lo que hacia era un perfecto desastre. Y sí, el turco tenía razón, no se me iban a caer los anillos por sentarme a dibujar y redibujar una forma simple, si quería ser una artista tenía que romperme el culo y eso me quedo más que claro después de ese primer día en el Zahuán. 
Me tomo un buen rato aprender a ser observadora y detallista (cualidades fundamentales para ser dibujante y grabadora) porque soy una persona arrebatada y torpe que quiere que todo pase ya. Tiempo después de comerme muchas puteadas, porque este turco era un patriarca autoritario, finalmente me convertí en una buena dibujante, hoy me consta a mi y a mis colegas. Dejé de ir al taller de este hombre porque realmente nos llevábamos muy mal, y me pareció que ya no tenía sentido tolerar su caracter horrible y sus comentarios misóginos que me sacaban de quicio. Paradógicamente su machismo fundamentalista me estimuló a seguir interesándome por los problemas de género y alimentó mi mal carácter. Una vez que salí de ahí no lo quice ver nunca más, aunque lo recuerdo como la única persona que realmente me había enseñado la disciplina del dibujo: conocimiento, entendimiento y memoria. 
Después de este recorrido había llegado a varias conclusiones: mis compañeros de la facultad no dibujaban tan bien; yo, un poco mejor... pero me faltaba algo. Quería decir cosas a través del arte, me quería quejar, quería mandar al turco a la mierda y llegué a la conclusión de que el arte no tenia una función social directa, que era solo para entendidos y que me quemaba las pestañas laburando para que cada tanto alguien cuelgue mis cosas en alguna galería... UY! EL ARTE NO CAMBIA EL MUNDO! que lo parió che... Acabo de darme cuenta...
Y otra cosa, los lugares de exposición son bastante impenetrables, hay que participar de ellos sin duda, pero definitivamente había que buscar otros medios. No quería tener que esperar que un salon X me aceptara para que la gente viera lo que hago. La exposición es la parte más importante de la obra, sino se expone no pasa nada, esa es la verdad. Tras haber movido bastante obra por varios lados entendí que eso no era de lo único que quería hacer conmigo y mis hijos-obra (recomienza el conflicto).


Título:"Adentro mío".
Técnica: xilografía.
Año de ejecución: 2008.
Publicada en revista Xilón nº 62.





L.P.F.

lunes, 1 de noviembre de 2010

El inicio

Uso este medio para dar cuenta del proceso de trabajo de mi obra; para que sea una forma de difusión válida que me permita meterme en lo más anecdótico e informal del proyecto en general y en parte también para que el mismo blog sea parte de la obra y que me permita a mi, como artista, rever lo ya hecho y profundizar para abrir nuevas posibilidades.

Tengo 23 años, vengo de una ciudad pequeña y conservadora de Buenos Aires donde me crié junto a mi familia, soy hija de médicos y tengo una hermana menor, ambas asistimos al colegio Santa Cecilia (laico a pesar de su nombre). Esto parece frívolo, pero es en realidad parte fundamental de lo que me llevo a hacer lo que hago y a interesarme pors ciertos asuntos de índole social como el machismo y el racismo generalizados e instalado en la vida cotidiana y absolutamente naturalizados; la objetualización de la mujer en los medios masivos de comunicación, la homofobia, la enfermedad, las epidemias ideológicas, el arte con conciencia política etc.

A los 17 años me mude a CABA, hambrienta de expansión, nueva gente, nuevas ideas, nuevas metas. Ser artista, estudiar, dibujar todo el día, relacionarme con mis pares y ejercer mi vocación. Me fui a vivir al "hotel de los gallegos" temporalmente hasta conseguir departamento y lo primero que me chocó al pasar por la calle Corrientes fueron los volantes de prostíbulos pegados en todas partes. Quedé anonadada con eso, no estaba acostumbrada a tan explícito mensaje misógino a pesar de venir de un pueblo derechoso donde las chicas se sienten más dignas si tienen un novio con auto... En fin, esta primera percepción se convertirìa (años más tarde) en parte fundamental de este proyecto.


Extracto

"En la sociedad actual prevalecen roles de género que apuntan a la subordinación de la mujer. A pesar de la supuesta igualdad de derechos de la que se supone que gozamos, somos testigos pasivos de representaciones hegemónicas. Estas pretenden anclarnos en papeles que tienden a asumir una supuesta inferioridad que en teoría fue eliminada haría ya varios años…
La subordinación femenina es evidente y está en el aire. No obstante, es posible indagar sobre estas condiciones para generar una estética que apele de deconstruir dichas normas que orientan la conducta y la concepción de un grupo. Para ello, es necesario pensar un modo de proceder que invada y cuestione  estas estructuras. Se recupera entonces la idea de virus.
ARN es ácido ribonucleico: el tipo de información génica que suelen contener los virus en su estructura. A diferencia del ADN (ácido desoxirribonucleico) el ARN es de estructura lineal y hebra simple, esto lo hace muy versátil, de mutación veloz y fácil adaptación. 
El virus es una entidad infecciosa microscópica que sólo puede multiplicarse dentro de las células de otros organismos. Convierte su ARN en una cadena complementaria del ADN de su huésped, dirigiendo así su multiplicación en el mismo, infectándolo.
 Se manifiesta como una forma de vida parasitaria que cambia y se mueve todo el tiempo, por habitar en otros.  Requiere entonces de adaptación y transformación  permanente para su masiva reproducción.
Uso una xilografía de pequeño formato, una suerte de virus de mi invención, para iniciar una larga analogía entre virus y grabado que me servirá como modo de proceder para, a través del arte, señalar una situación normalizada respecto de la identidad de la mujer.
Esta imagen es impresa sobre superficies encontradas, descartando  el papel de alta calidad requerido para el grabado académico. El estampado convencional es reemplazado por el sello reiteratativo y aleatorio. La imagen transforma el soporte y el soporte transforma la imagen, mediante una práctica experimental que subvierte el sistema predeterminado que legitima al  grabado clásico. En esta experiencia, se emplean soportes seleccionados de manera casual durante el tránsito cotidiano por la ciudad. Al no estar fabricados específicamente para ser impresos, distorsionan la imagen grabada. Este diálogo  hace que el virus sea el mismo grabado y también donde él se encuentra: basura urbana en proceso de muerte cuyo fin ha cumplido y función ha terminado.
Todos estos hallazgos intervenidos (infecciosos e infectados) son añadidos a mi espacio hasta tomar el ambiente, “enfermándolo” como si de un organismo vivo se tratase. En este momento se produce un cruce entre lo público y lo privado ya que en un espacio privado, incorporo objetos recolectados de la ciudad. Todo lo que como superficie me resulta interesante lo recojo y sello, para incorporarlo a la instalación.
 Concluida esta instancia, la cual es documentada por  fotos, se desarrolla la segunda: su proliferación que implica además, su necesaria adaptación a otro espacio: el espacio urbano. Dicho cambio de dimensión hace necesaria su radical transformación.
 De lo público en lo privado, se pasa a lo privado en lo público.  Es bien sabido que actualmente los límites de los espacios privados y públicos se desdibujan como tales. Además, lo social no es meramente público y lo define también lo privado como el contexto doméstico donde se establecen divisiones de género que jerarquizan y ordenan la estructura familiar. Dichas conductas definirían al individuo en su relación a los órdenes impuestos identificándose o no con ellos.
Podemos entender entonces, la identidad socialmente impuesta como una suerte de mala ficción que nos encorseta en papeles indeseables generando severos efectos colaterales en los individuos.  
En lo que respecta a lo que me interesa acerca de las diversas identidades atribuidas a la mujer, estas depositan la carga misógina de un sistema igualmente misógino del que es necesario mantenerse consiente para disuadirlo. Por lo tanto, desde el momento en que concientizamos las inestables bases que cimientan las identidades, se abre camino a nuevas posibilidades: la subversión y resignificación. Estas harían posible la desfiguración y consiguiente reconfiguración de los estrictos discursos de género que legitiman una lógica binaria y polarizada de comportamientos rígidos cuya supuesta naturalidad se encuentra totalmente forzada.
Es esencial, por lo tanto, desautorizar, cuestionar y desarmar dichos estereotipos para renovar el sentido de los roles sociales aparentemente congelados en imágenes prácticamente arquetípicas. Estas posibilidades dinámicas se encuentran en el lenguaje mismo.
Tomo el caso de los prostíbulos para generar un desplazamiento de la obra privada, incluso íntima, que se desarrolla en mi taller llevándola a un ámbito radicalmente distinto que es este circuito de publicidad marginal empleado por la prostitución. El modo de proceder de los prostíbulos para darse a conocer se caracteriza por la permanente reproducción de pequeños volantes que se instalan en cabinas telefónicas, bocas de subte, carteles publicitarios, etc.
En el desorden aparente de las publicidades, existen características que las distinguen: la imagen objetualizada de la mujer, lo numérico y lo cualitativo que ponen en evidencia la permanente disponibilidad del cuerpo femenino. Dirección, números de teléfono y precios se explicitan. Compiten entre ellos y son muchos, su difusión es masiva y su táctica silenciosa.
“Las chicas del obelisco”, “El 57”, “Las chicas de la facu”, “Abby y Sofi”, “Paraguayitas a full” y muchos más.
“Soy la mujer que te abandona” y nada más. El virus, mutando, adaptándose a un nuevo entorno. Un texto, no ya un dibujo, se hace notar en su diferencia: ninguna oferta, ningún culo, una frase que es además una imagen ausente. Esta frase plantea un posible escape al “destino” aparentemente ineludible de la mujer: ser usada como objeto y luego descartada (abandonada)."

L.P.F.